jueves, 20 de marzo de 2014

Mi padre es el mejor del mundo

Miguel  es el padre de Sheila y ayer vino a contarnos su experiencia como padre, dentro de una actividad que hemos denominado MI PADRE ES EL MEJOR DEL MUNDO, iniciamos este proyecto con la idea de darle la oportunidad a las familias de colaborar con nosotros.

Miguel Angel y Sheila compartiendo este momento con nosotros.

Nos ha contado que nació en Almuradiel un pueblo de Ciudad Real, que estuvo interno en un colegio de Córdoba y que junto a su familia, en el año 1974 emigró a Barcelona. Su padre Emilio fue albañil y barrendero y en el pueblo le ayudaba a cuidar los animales y que le hacía juguetes como peonzas o tirachinas.

Miguel sabe el oficio de albañil, fontanero o pintor y vinieron a Caspe porque el azar quiso que mirando una revista de comprar casas descubrieron que había una en venta aqui y decidieron venir a verla. Les gustó el pueblo porque pensaron que su hija Sheila viviría mejor en un pueblo que no en una gran ciudad. Nos cuenta Miguel que Sheila pesó al nacer 3,850 gramos y que sintió una gran ternura cuando la vió porque era muy frágil. Sintió mucha emoción y ganas cuidarla.

Sus aficiones son salir al campo a buscar espárragos y setas, cuidar de sus animales, especialmente de sus burros, Rino, Perla gris y Canela, para los que ha hecho un carro para poder dar paseos por el campo.

Además estuvimos jugando juntos... fue divertidísimo.

Los chicos le van haciendo preguntas sobre sus gustos y aficiones, no le gusta bailar aunque asistió a clases de bailes de salón, le gustan mucho las películas de miedo y las de James Bond, sobre todo por las chicas tan guapas que salen, fue jugador de balonmano y en Barcelona llegó a competir con su equipo contra la selección femenina contra la que perdieron el partido, es un cocinitas, le gustan mucho las judías con oreja, las migas y Sheila nos cuenta que hace las mejores gachas manchegas del mundo con chorizo, panceta e hígado.

Le preguntamos a Sheila qué significa su papá para ella y nos cuenta que es muy bueno y cariñoso aunque a veces se enfada y le castiga cuando llora sin motivo o no hace las faenas que le corresponden, como poner la mesa o hacerse la cama. Juntos nos cantan una canción que hacia llorar mucho a Sheila cuando era pequeña.

El juego de las sillas nos encanta y jugó con nosotros.

Para acabar la tarde le retamos a jugar con nosotros al juego de las sillas y el nos enseña a bailar todos juntos punta pie-punta pie, la canción de Rafael.

¡¡GRACIAS MIGUEL ANGEL!!
Ha sido una gran experiencia, esperamos que hayas disfrutado tanto como nosotros.

1 comentario:

  1. Miguel muchas gracias por haber venido y cuando quieras repetimos ya sabes que tenemos cuerda para rato un abrazo

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